martes, 14 de octubre de 2014

Aquí huele a cuerno quemado

Curioseando por el internete he encontrado un artículo de nosotras.com la mar de gracioso (y triste) sobre la infidelidad. Que si hay dos tipos de infidelidades (¿solo?), que si las mujeres ponemos más los cuernos emocionales y los hombres los cuernos sexuales (¿WTF?) y estupideces varias. Lo que más me ha gustado ha sido el gráfico donde se muestra, (bien diferenciaditos por sexos, que no falten las etiquetas o nos hacemos la picha un lío) los motivos de por qué la gente no puede mantener la ropa interior puesta. Si la imagen en sí es para mear y no echar gota (como podéis observar) esperad a leer mis comentarios (en esta ocasión no están entre paréntesis porque no hace falta, creo que se nota que es cosecha propia).






Quería vengarme de otra infidelidad: y así, cuerno por cuerno, al final todos cornudos como cabras (y cabrones). Lo bueno es que así siempre puedes decir «¡Eh! Que empezaste tú!»

Estaba enamorado de otra persona: todo el mundo sabe que estar enamorada/o te convalida el sexo extramatrimonial, esto es así. Cuando una/o se enamora es incapaz de permanecer con las bragas puestas (o los calzoncillos, o el tanga, o lo que sea). 

Estaba aburrido de mi relación: y bueno, para pasar el rato me he dicho, pues voy a fornicarme a alguien que eso siempre es divertido. Además, el plus de diversión de tener que ocultarlo a la pareja da un toque extra de emoción a la relación. Y el riesgo de contagiarle una venérea es ya la leche de entretenido.

Quería experimentar el sexo con alguien diferente: pero por si acaso mi pareja también tenía curiosidad por experimentar pues no digo nada, que una cosa es que yo frunja por ahí y otra cosa muy distinta es que lo haga mi pareja. De eso nada, cuernos los justos por favor.

No hubo una razón, simplemente pasó: mira, yo estaba tan tranquilamente en la cola del paro y así, de pronto, tenía las bragas por los tobillos y una cabeza entre las piernas, chupando el tema como si no hubiera un mañana. No me preguntes cómo que yo estoy que no me lo creo todavía. (Por cierto, esta es mi razón favorita).


A mí se me ocurren otros motivos para ser infiel (a ver si os gustan):
  • Soy un/a cabrón/a malnacido/a y cobarde y prefiero engañar a mi pareja que decirle la verdad sobre mis sentimientos u apetencias.
  • Yo puedo tener sexo con otras personas pero mi pareja no (y que no me entere que la lío).
  • No quiero a mi pareja y me importa una mierda que le pese la cabeza de tanto cuerno, pero como me plancha/friega/limpia/mantiene pues como que no me apetece separarme (esta es la gente que vive mejor que quiere). 
  • Soy adicta/o al sexo y mi pareja no me da lo que necesito, y no le cuento nada pues para no herir su ego, pobre, que ya tiene bastante con la cornamenta.
  • Es que me emborraché y perdí el control (y claro, a estas personas les ponen una pistola en la cabeza para emborracharse).
¿Y a vosotros? ¿Qué excusas se os ocurren u os han puesto?

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